El ronquido es un ruido que se genera por las vibraciones de nuestros tejidos en nariz y garganta, nos indica que hay resistencia al paso de aire en nuestra vía aérea superior lo que puede originar microdespertares por las noches y un riesgo elevado de presentar enfermedades asociadas como la Apnea del Sueño.
El sueño tiene varias fases con distintas funciones especializadas en cada una de ellas para nuestra salud. N1 y N2 son etapas superficiales, N3 o sueño de ondas lentas es una fase profunda donde se descansa y por último la etapa REM caracterizada por ser el ciclo de los Movimientos Oculares Rápidos la cual se caracteriza por presentar “atonía muscular” lo que quiere decir que todos nuestros músculos se relajan a excepción de nuestro corazón y diafragma que nos ayuda a respirar. Durante esta fase profunda de sueño donde hay mayor relajación es donde se pueden incrementar los ronquidos, lo cual puede ocasionar que nuestra respiración tenga disminución en su calidad provocando alteraciones en nuestra oxigenación. Nuestro cerebro al detectar cambios mínimos en la oxigenación se alerta sin que seamos conscientes de ello para mejorar el tono de nuestros músculos de garganta para mejorar la entrada de aire lo que ocasiona fragmentación en el sueño y dificultad para llegar al sueño profundo que nos otorga reparación y restauración para nuestro día siguiente.
Cuando nuestro sueño se fragmenta por estos microdespertares podemos presentar síntomas de una mala calidad de sueño como lo es el cansancio, sueño en el día, irritabilidad, cambios en el estado de ánimo, aumento en el peso corporal, alteraciones de la memoria, impotencia sexual, sequedad de boca y dolor de cabeza por mencionar algunos de los síntomas más frecuentes.
El ronquido es un dato de alarma que nos lleva a la evaluación y a la detección de la Apnea de Sueño, la cual es una enfermedad que se caracteriza por pausas respiratorias, microdespertares y alteración en la oxigenación lo cual puede llevar a la persona a presentar elevaciones en la presión arterial, incremento del peso corporal y un riesgo elevado de enfermedades cardiovasculares.
